Cuando me aflora el Romanticismo

Qué misterios, secretos y sentimientos atesora nuestra Luna...

De tantas veces que nos amamos descubriéndonos con su luz, de todas las veces que susurramos palabras de amor, palabras obscenas, palabras dulces y candentes, palabras tiernas y apasionadas. Fue nuestra Luna testigo y cómplice de tanto Amor.

Amor que permanece, que late intenso cada vez que te recuerdo, y es que te llevo conmigo, desde siempre y por siempre o para siempre.

Mi Amor no se ha truncado, es y se siente, como la Luna que cada noche aparece y es que nunca se ha ido.

Este sentimiento infinito, que asusta, que aviva, que crece...

Amor, como el nuestro Amor como ninguno, jamás terminará, como la Luna siempre va, de menguante a creciente así es este Amor.

Desnuda

Desnuda mi piel se cubre tan sólo de tu recuerdo...

¡No! No te creas que soy una Mujer-Infantil, por mi manera de escribir.

Esta noche fue mi inspiración...
si te das cuenta sólo habló mi corazón , que no se oculta y desborda con pasión.

¡Ven!
Toma mi mano,si soy yo, y eres Tú jugando una vez más...

Cien mujeres

Yo soy las cien mujeres, yo cambio en cada verso.

Más, ¿seré todas ellas? Quizás desde mi cuna

yo las invento a todas para encontrarme en una.

Me busco en la que llora, mi llanto es sin esfuerzo.

Me busco en la que canta, mi canto es menos terso.

Si fuera alguna de ellas, sabría que la luna,

hasta con los ojos muertos, me marcaría alguna

mujer igual a mí, con su sentir disperso.

Soy ésa la distinta, lo digo convencida

soy hecha de ternura aunque lleve una herida.

Amé más que las cien y no siento contento.

BENEDETTI DEL CIELO

Benedetti del cielo, Benedetti desde el cielo,; tu inspiración se esparza sobre esta tierra, como lluvia de ideas en cada instante del pensamiento humano, que ahora el tuyo es más divino, porque compartes a su lado.

Nuestro Padre te ha invitado y hoy día tu tiempo es infinito. Aquí nos queda cada verso, cada letra y tu prosa bendita.

Benedetti del cielo, ser de luz y poesía, que sonríes y alucinas con los míos, aquellas almas que se anticiparon a mi entendimiento y en ese cielo toda música, toda alegría, la belleza y la paz comparten de una sola y única presencia, Nuestro Padre.

Como quien recupera a sus hijos, desde un mundo sombrío una vez que sus legados han cumplido, dar Amor, dar Vida, dar luces entre sombras, sin que nos demos ni cuenta a veces, quien entiende o no, nuestro egoísmo al llorarlos...

Si nuestros seres amados y admirados nunca nos han abandonado.