domingo, 28 de junio de 2009

Cuando me aflora el Romanticismo


Qué misterios, secretos y sentimientos atesora nuestra Luna...
De tantas veces que nos amamos descubriéndonos con su luz, de todas las veces que susurramos palabras de amor, palabras obscenas, palabras dulces y candentes, palabras tiernas y apasionadas. Fue nuestra Luna testigo y cómplice de tanto Amor.
Amor que permanece, que late intenso cada vez que te recuerdo, y es que te llevo conmigo, desde siempre y por siempre o para siempre.
Mi Amor no se ha truncado, es y se siente, como la Luna que cada noche aparece y es que nunca se ha ido.
Este sentimiento infinito, que asusta, que aviva, que crece...
Amor, como el nuestro Amor como ninguno, jamás terminará, como la Luna siempre va, de menguante a creciente así es este Amor.

No hay comentarios:

SOLES Y SOMBRAS I De las interacciones o lecciones destacables algunas por su intensidad, no recordaré lo que mi memoria saludablemente haya...