SE DICE QUE EN LA VIDA NO HAY ERRORES, SÓLO LECCIONES.
De las interacciones o lecciones destacables algunas por su intensidad, no recordaré lo que mi memoria saludablemente haya descartado, aun cuando las haya almacenado por un tiempo determinado. Y determinado, justo y necesario para prevalecer mi conciencia y autocuidado.
Los tantos días, las horas transcurridas en sombras y aquellos lapsus amorosos en un entorno de adicción y relación disfuncional, lo silenciado bajo la mirada del ojo humano prejuicioso y convencional. Nadie habla de esos temas abiertamente. Se ve o se lee mal. No son temas interesantes…No se habla de lo disfuncional de las parejas, se tiende a resaltar las mejores voces del macho fuerte y protector.
Recuerdo haber conversado algo del tema en el círculo más íntimo, mi familia cuando aún éramos adolescentes, pero fue superficial, de lo contrario hoy no estaría escribiendo lo que escribo, y sabría distinguir el cabello cano de Jorge Alejandro o Chochito mi hermano menor y mi papá probablemente con su estampa varonil delgado y alto nos acogería en la casa en Calama o en San Pedro de Atacama. Bendita imaginación.
Y mi madre no estaría en compañía de tres gatos, yo a distancia viviendo sola en un departamento arrendado, en un bello barrio, y también en compañía de una gata. Bendita realidad.
Tras todo esto, imaginación y realidad estoy en deuda con el universo, pues cuando verbalizo universo instantáneamente la sonrisa ilumina mi rostro. Y es que me he visto más de alguna vez brincando en los anillos de saturno, sí, me he salvado de unas cuántas literalmente.
Y todo gracias al universo, que confabula a mi favor.
Después de todo, la experiencia me ha enseñado que no soy ninfómana, tampoco adicta a las drogas menos al alcohol, suficiente con el legado del abuelo paterno hacia mi padre, ahí yo lo corté, así será mi recuerdo.
Tampoco soy adicta a las letras, escribo sin una copa en mi mano, sin ingerir o inhalar.. Mi escritura es terapéutica por donde se la lea. Y me avergüenza un poquito pensar que si soy una consumista compulsiva de carteras, zapatos y ropa. Me avergüenza lo suficiente, por episodios lo olvido, hasta cuando descubro alguna prenda con etiqueta que a esta altura ya no es de mi talla. Y siempre estuvo guardada.
Por otra parte, siento que todavía no he hecho lo que tengo que hacer…jorderle la existencia a alguien jajajjajaja
Quizás e irónicamente he venido por algo, más bien por alguien a quien nunca conoceré en esta dimensión.
Tengo un sueño recurrente, más bien un pensamiento. Y consecuentemente se relaciona con la palabra “familia” o sea me es familiar la idea.