sábado, 11 de abril de 2009

Enamorarse de las heridas

Las heridas internas más sufrientes tienen una magia especial, una indescriptible atracción. Nada hay tan hechizante como el sufrimiento...
Una vez tuve un clavo
clavado en el corazón,
y yo no me acuerdo ya si era aquel clavo
de oro, de hierro o de amor.
Sólo sé que me produjo un mal tan hondo,
que tanto me atormentó,
que yo, día y noche, sin cesar lloraba
como lloró Magdalena en la pasión.
Señor, que todo lo puedes,
_le pedí una vez a Dios_
dame valor para arrancar de un golpe
clavo de tal condición.
Y diómelo Dios y me lo arranqué.
Pero...¿quién lo pensara?...Después
ya no sentí más tormentos,
ni supe tan sólo que no sé qué me faltaba en donde el clavo faltó, y me parece...,me parece que tuve añoranza de aquella pena...¡buen Dios!
Este barro mortal que envuelve el espíritu, ¿quién lo entenderá, Señor?
Moraleja:
¡Oh confuso amor!
A veces, te enamoras
más de las heridas
que de la sanación.

lunes, 6 de abril de 2009

A través de la confianza y la gratitud

Confianza y gratitud requieren el coraje de arriesgarse, porque la desconfianza y el resentimiento, en su necesidad de reclamar su atención, siguen advirtiéndome de lo peligroso que es dejar a un lado mis cálculos y predicciones. En muchos aspectos debo dar un salto de fe para dejar que la confianza y la gratitud tengan su oportunidad: escribir una carta amable a alguien que no me perdonará, llamar al que me ha rechazado, pronunciar una palabra de aliento a alguien que no puede decirla.El salto de fe siempre significa amar sin esperar ser amado, dar sin querer recibir, invitar sin esperar ser invitado, abrazar sin pedir ser abrazado. Y cada vez que doy un pequeño salto, veo un reflejo del Único que corre hacia mí y me hace partícipe de su alegría, en la alegría en que no sólo me encuentro yo sino también todos mis hermanos y hermanas. Así, la confianza y la gratitud revelan al Dios que me busca, ardiendo de deseo por que todos mis rencores y quejas desaparezcan y por dejar que me siente a su lado en el banquete celestial.

domingo, 5 de abril de 2009

Lo que se se transforma, no muere

Cuando llegó la luz del día lo que ella buscaba, ya no existía, es más su ser también se transformó si darse ella cuenta...
Tampoco vió sus manos de dedos largos y afinados, con asombro no esperó tocar sus pies, cómo y con qué?
Sabía que a este mundo no pertenecía, pero no esperaba que cualquier día su existencia cambiaría tan abruptamente, si sólo alcanzó a vivir cuatro días tal vez fueron cuatro horas, su medida en tiempo tampoco existía.
Sólo vivía.
Sin alas, sin ruta, sin medidas, y ya sin miedos escuchó algo en su interior, algo que nunca antes había oído con tanta atención, pues con sus manos y pies le sobraba entretención, y escuchar no era lo mejor. Pero como todo cambió, ya sin alas para volar, buscó nueva entretención, en lo que se había convertido entonces. Latidos de corazón que en un nuevo ser vivió, dentro de las entrañas de cualquier mujer, que ella jamás eligió.
De fuego parecían sus costados, un Alma había llegado y los latidos transformado, a diferencia de su mundo anterior, es que aquí permanecería atada a cuantas sensaciones humanas, antojadizas y extremadas.
Cuánta compasión me despertaba su nueva existencia, su verdadera y última existencia. Sólo a veces un impulso de lo que fue su antiguo pasar, le hizo volar, ya sin alas claro está. Y es cuando más fuerte aquel corazón palpitaba.

Cuando la noche es más negra es cuando comienza el día

De vuelta, después de cuatro noches sin dormir como en mi cama, un poco de diversidad, del aire, de las comidas, de las voces y rostros tan normales como extraños.

De vuelta a mi pequeño y gran mundo onírico, cuando he despertado dentro de un sueño, me descubrí en un beso, en los labios de él.

De vuelta a esta espera, espera de qué...

Tal vez de que a mi corazón se le agoten toda magia, toda esperanza, toda ilusión y siga como antes , nada más por seguir latiendo.

Y se suman mis cuestionamientos en lo que a mi trabajo concierne. Porque las personas a diario utilizan sus máscaras, y bailan al compás de una melodía que no les apasiona, pero los mantiene.


Y yo que creía que formaba parte de ese baile, pero en una cultura hedonista de logros y exterioridades, que valora sólo lo periférico y superficial de lo humano: el éxito, el confort, el placer y los bienes materiales, qué hago yo priorizando las emociones, liderando bien o mal, me he sentido mayormente feliz sin haberme preocupado antes del éxito.

No acostumbro a los viajes en bus, en eso reconozco mi grado de burguesía, gusto de viajar en avión, cuando se trata de pega sobretodo, ya que un viaje demanda postura de estatua, buscando la mejor y creativa postura, para que mis huesos, músculos, y todas mis extremidades no se resientan, aún tengo la pesadez en mis piernas, hinchadas menos que ayer.


Pronto viene el almuerzo familiar, quise antes hablar y escucharme, sacar un poco esta impotencia, mañana vuelvo al trabajo, vuelvo si quiero sin máscara o bien ya con una armadura, que por fuera me endurece y tan dentro me debilita, porque yo no soy esa, que tiene que encubrirse.


Podría ser que mi lugar es otro?

Aquella propuesta de ir armando un negocio?

Cuántas veces me he dicho a mi misma que no tengo pasta para los negocios, me he negado la posibilidad, es que nunca me he arriesgado y si fuera a caso ese mi lugar, al lado de un pequeño, pero gran empresario. Grande es su corazón, hasta hoy me lo manifiestan sus actitudes.


Pero hasta hoy no es lo que quiero, con esa pasión que me lleva hacia otros lugares, recuerdos y momentos tan intensos. Pero debo ser honesta y tampoco he cerrado la posibilidad, pero no se trata de un simple negocio.

Es mi vida.
Y al comenzar Semana Santa, vuelvo sutilmente a reflexionar respecto del sentido de mi vida, de mi identidad y compromisos, de lo que me identifica y me compromete.
Si un compromiso te vitaliza el alma, moviliza el corazón, orienta el tiempo, las relaciones y discrimina entre tanta oportunidad abierta en este mundo tan abierto. Entonces una vida de compromiso incondicional es plena, porque llena la vida, no te sobra tiempo, no te aburres...quizás por eso siento un sin sentido, porque nunca me he comprometido?
Algo pasa con mi vida, hay un cruce de variables, lo sentimental, lo laboral, están ahí.
Y porqué esperar a Semana Santa, es sólo coincidencia. Yo no elijo pensar, tampoco llorar, son experiencias internas, difusas y viscerales.


sábado, 4 de abril de 2009

CON ANGELES....


JIMENA PAZ ALEJANDRA



...Dulzura, ternura, suavidad, color y alegría.

Inocencia, al verte se siente calma a cualquier hora del día; si fueras real cómo te llamarías?

Hoy te nombré....Jimena Paz Alejandra

Otros ratos de la Jornada en La Huayca
















lunes, 30 de marzo de 2009

Para cultivar el milenario arte, del buen pensar.


Debemos estar parados en nuestros propios pies, en la plataforma del Ser, no edificar la vida sobre la opinión de los demás.(Maharishi Mahesh Yogi)

Si serán sonsos los humanos para encontrar sus razones, que teniéndolas a la mano las buscan en los rincones.

La ciencia sin religión está coja. La religión sin ciencia está ciega.(Albert Einstein)


http://www.isp2002.co.cl/w_omega.htm

Arte que conmueve, es ARTE

domingo, 29 de marzo de 2009

"La Misión"


...Fue acaso su misión?
Buscarme entre los tiempos de un ciberespacio, seguro de encontrarme, virtualmente para entregarse, sin tapujos, con las ansias de un reconocido pasado, cuando ambos jóvenes llenos de vida y esperanzas, dejábamos a nuestras almas "ser", libres, buscadoras de peligro, antojadizas, vestidas de emoción.
Cada emoción despertando la pasión, escondidas o refugiadas por tiempo en las pieles con grietas de llantos, sufrimientos, gozos, sueños y esperanzas.

Llegaba el tiempo de los dos,para redescubrir en aquellos ojos la misma mirada, profunda, apasionada, por mi parte ilusionada de hallarme preparada una vez más para el amor.

Su misión...
La mía entregarme como si fuese el último día, para reir, para jugar, para vivir sin límites, con la valentía que acunaba mis más puros sentimientos, de fémina enamorada del encanto, del amor, qué otra cosa puede ser, a mis cuarenta y tantos. Vivir nada más, sentir la calidez de sus labios en la redondez de mi ser. Cada caricia despertaba a la mujer, y en lo más profundo me volvía esclava.

Hoy día no entiendo nada, o quizás sí, pero me cuesta aceptar. Que su misión la dió por terminada.
Y la mía...atesorar hoy día cada recuerdo suyo, reir todavía de sus dichos y palabras, no estar enojada al contrario, algo me dice que su misión como en el pasado no tiene final. Es un ser para amar, para dejarse amar.
Y tal vez sea otra que disfrute de sus manos suaves y delicadas, como las de un hombre que sabe de buscar y encontrar, y sutilmente tomar.

SOLES Y SOMBRAS I De las interacciones o lecciones destacables algunas por su intensidad, no recordaré lo que mi memoria saludablemente haya...